Desde el Colegio Alemán Santa Cruz de Tenerife viajamos 30 músicas y músicos junto con tres profesoras al colegio de intercambio en Kirchhain. La ilusión era grande, y el intercambio se convirtió en una experiencia inolvidable.
Tras la llegada tardía del sábado por la noche a las familias anfitrionas, el domingo empezó de forma algo distinta a lo previsto: el paseo programado tuvo que cancelarse debido a la lluvia. En su lugar, nos reunimos todos en la Casa de la Música del colegio. Allí pasamos una tarde muy agradable con tartas y un pequeño bufé, lo que resultó ser una magnífica oportunidad para hacer los primeros contactos y sentirnos cómodos en el nuevo entorno.
De lunes a viernes la música ocupó el lugar central. Hubo intensas sesiones de ensayo en las que la Banda dio los últimos retoques a las piezas para el concierto. Gracias a la concentración en el trabajo, también fue posible preparar otras obras para futuras actuaciones. Uno de los momentos más especiales fue el concierto del jueves por la tarde, que fue recibido con mucho entusiasmo. El viernes por la mañana ofrecimos además un concierto en el colegio, en el que reinó un ambiente alegre y animado. Por la noche, una cena conjunta de pizza en Kirchhain puso el broche a la semana antes de que el alumnado disfrutara del fin de semana en las familias anfitrionas. Estas habían organizado muchas actividades variadas, de manera que nuestras alumnas y nuestros alumnos lo pasaron realmente bien.
El lunes realizamos una excursión conjunta a Kassel. Tras un breve paseo por la ciudad, con visita al parque, la Orangerie y algunos monumentos, quedó tiempo suficiente para explorar el centro por cuenta propia.
El intercambio fue una vez más una experiencia plenamente satisfactoria. Nuestro alumnado no solo acumuló muchos recuerdos bonitos y vivencias personales, sino que además aprendió muchísimo tanto a nivel lingüístico como musical. Para todas las personas participantes fue una experiencia extraordinaria y enriquecedora que, sin duda, quedará en la memoria durante mucho tiempo.
Stefan Igeler
