Espacios funcionales
El gran grupo, de aproximadamente 50 niños, suele subdividirse en pequeños grupos de manera rutinaria en el día a día. Los pequeños grupos tienen cinco espacios funcionales a su disposición. Los espacios funcionales cubren aquellos ámbitos educativos predeterminados especialmente para niños en edad de preescolar y posibilitan un aprendizaje integral. Son los siguientes:
– Desarrollo de las competencias individuales, sociales y profesionales, emocionales e interculturales
- Desarrollo de las competencias lingüísticas
- Entrada en contacto con contenidos lingüísticos, matemáticos, científicos y técnicos
- Aprendizaje integral, refuerzo de la percepción sensorial: ámbitos musical-creativo y motórico
- Potenciales de desarrollo individuales y necesidades de aprendizaje de determinados niños
En cada uno de los espacios estarán acompañados por una educadora de referencia y, al menos, por una o más personas en prácticas. Tan pronto se dé comienzo a las fases “libres” en los espacios, los acompañantes se dedicarán a atender a los pequeños grupos. Se motiva a los niños a que se ocupen con el material y a establecer referencias con temas actuales. Todas las ofertas se realizan en alemán, intercambiando impresiones con los niños sobre el tema actual, motivándoles a comunicarse entre ellos en dicho idioma y devolviéndolos siempre al contexto de la lengua alemana. La comunicación no puede forzarse, los niños deben estar acompañados por el idioma al realizar sus actividades, convirtiéndose así en algo natural para ellos. Llegados a este punto es importante no corregir a los niños, no dejarlos repetir. La situación comunicativa debe ser auténtica y para los niños debe resultar completamente natural. Para ello es importante trabajar en pequeños grupos de máximo 4 – 6 niños. De esta manera, una persona de referencia puede atender a que la comunicación siempre se lleve a cabo en lengua alemana y puede motivar a los niños a ello. También es importante mantener unas fases de trabajo cortas, entre 15 – 30 minutos por pequeño grupo. Desde que un niño pierda el interés, el trabajo lingüístico deja de tener efecto.
La lengua alemana se refuerza continuamente y se utiliza de forma genuina, ya que los niños se estimulan casi exclusivamente en pequeños grupos. En fases más largas, los niños pueden entrenar su concentración.
Espacio creativo (formas artísticas y creativas)
Aquí se pone a disposición de los niños diversos materiales, que se les cambian o complementan continuamente con otros. A través de diversas técnicas se estimula la fantasía. Los niños aprenden a manipular esa diversidad de material y los acompañantes tienen la posibilidad de enfatizar la individualidad de cada uno de los niños.
En el espacio creativo, lo acompañantes disponen de muchas posibilidades para dedicarle algo de tiempo a cada uno de ellos y de observar su competencia lingüística.
Espacio de montaje y construcción
Manejar números, cantidades y fórmulas geométricas. Experimentar, investigar, medir y pesar. Crear construcciones complejas con piezas de madera – todo esto lo vivencian los niños en este espacio, con un material adecuado a su edad. El espacio de montaje y construcción está provisto con material que busca fomentar la autonomía, que a su vez se acompaña y apoya con ofertas específicas/precisas.
Se retoman distintos esquemas de los procesos educativos infantiles, como, por ejemplo: hacer que las cosas rueden, apilar, reagrupar, clasificar y volcar, etc. Se fabrican coches, se apilan torres hasta el techo, se construyen casas, se crean pistas de canicas, etc. Al realizar actividades como calcular, medir, pesar y comparar, los niños desarrollan un razonamiento numérico. Qué es más y qué es menos, qué número es mayor y cuál menor, etc.
A través de experimentos precisos, los niños se acercan jugando a temas científicos. Esto debe contribuir a seguir despertando la curiosidad de los niños, a desarrollar la competencia de aventurarse hacia lo nuevo/desconocido y al mismo tiempo a consolidar su tolerancia a la frustración, ya que no todos los experimentos salen bien.
El idioma adquiere aquí una relevancia especial, ya que ofrece la base para el razonamiento matemático y facilita el intercambio con los demás.
Espacio idiomático y de juego de roles
A los niños se les ofrecen diversas ocasiones para poner en práctica el idioma en el espacio del juego de roles. La esquina destinada al juego de roles está organizada conforme a temas actuales. Por ejemplo: tema animales – la esquina del juego de roles se transforma en una clínica veterinaria. Los niños traen a sus peluches de casa. Cada uno de ellos padece una dolencia y tiene que acudir a la consulta. Los niños se reparten los roles – uno es el médico, otro el ayudante, otro el asistente, etc. En relación a ello se aprende nuevo vocabulario y se introducen nuevos conceptos. Las personas de referencia acompañan el juego y ayudan a los niños con la comunicación.
En el juego de roles los niños se topan con un mundo realista, en el que pueden conectar sus experiencias con la lengua alemana, porque el vocabulario ya está presente. Cocinan, comen, ponen la mesa, adoptan distintos roles, planchan y limpian. En este ámbito es esencial potenciar las competencias personal y social. Cada vez desarrollan más empatía hacia otros niños y tienen la posibilidad de asumir distintos roles.
En este mundo realista, los niños se encuentran bien y se sienten aceptados emocionalmente. Esto les facilita poner a prueba su idioma y adquirir nuevas competencias lingüísticas en un entorno en el que no se sienten observados.
La formación idiomática requiere un entorno que incite a usar la lengua.
El taller textil es un buen complemento al espacio destinado al juego de roles. En él aprenden técnicas como las de tejer, coser botones, anudar pulseras, etc., y adicionalmente adquieren un vocabulario nuevo.
Modelos lingüísticos
De lo que se trata aquí es de ser un modelo lingüístico en el día a día. Es importante para crear y consolidar relaciones con el niño y conferirle un tiempo adecuado para sus discursos y respuestas.
Las palabras han de presentarse de forma viva y expresiva. De esa forma los niños adquieren gusto por el idioma y siguen evolucionando. Hay que subrayarles sus éxitos cuando intentan comunicarse.
En K3+, a los niños se les motiva siempre a hablar en alemán. Para que ello les resulte continuamente fascinante, en el día a día se les ofrecen ofertas y proyectos alternativamente y ellos deciden por sí mismos en cuál desean participar. En la siguiente tabla se reconocen las fases de alemán en color verde.